VORÒNIA de La Veronal : La hermosa fatalidad de no ser libre


Por Juan Marea.

Fotógrafo: Josep Aznar

El Teatre Grec no sabía dónde esconderse. Majestuoso y exultante, pensó que le correspondía dar el pistoletazo de salida a un Festival emblemático del lado más rutilante de la escena cultural veraniega en Barcelona con un amago de esnobismo poco proclive a los experimentos artísticos.

El Teatre Grec empezó a notar algo extraño cuando el descenso a VORÒNIA empezó a precipitarse con un incendio de pureza preámbulo del despliegue de perversión humana en nombre de la ortodoxia religiosa y el protocolo social.

La Veronal, compañía de danza de distinguido porte, avivó la hoguera con un espectáculo cuyo simbolismo encontraba en la estilización de sus ejercicios coreográficos y el poder recreador de atmósferas malsanas dos razones de peso para llenar de sugerente inquietud a los espectadores.

Como si se tratase de pedir la hoja de reclamaciones a este Mundo de depravación inexorable por la impotencia del grupo de respetar a sus individuos, la propuesta inaugural del Grec’2015 incomodó a través de una elegancia chocante: por una parte, los episodios que se suceden aglutinan una crueldad manifiesta. Por la otra, la belleza de la puesta en escena obliga a reconsiderar una y otra vez ese malestar.

La dirección de Marcos Morau muestra con generosidad la ambigüedad del ser humano que, en su afán de comunicarse (el niño enjaulado intenta dialogar en vano con el bailarín que aguarda fuera incapaz de liberarle), se ve engullido por la barbarie de las convenciones (el banquete exquisito que nunca llegarán a gozar sus asistentes). Y saca un partido sorprendente del solemne espacio escénico ensanchándolo en la parte de la orquesta y oponiéndolo al a una reducción a modo de ascensor al averno que cada vez que abre sus puertas propone un panorama más perturbador. De este modo, la Compañía encierra un pequeño teatrillo (hermoso y esperpéntico) en la trastienda de su desfile coreográfico.

A pesar de unas explicaciones teóricas pretenciosas sobre el Apocalipsis que subrayan innecesariamente lo que sufrimos desde el patio de butacas, el gesto espasmódico de Joaquín Collado, Jon López, Sau-Ching Wong, Lorena Nogal, Shay Partush, Manuel Rodríguez, Marina Rodríguez y Giacomo Todeschi sintetiza con inteligencia la delicadeza de sus movimientos, el conflicto interior de las criaturas que agitan y la idea subyacente más tenebrosa: No hay salvación. Y eso no se le escapa ni al propio Teatre Grec, deseoso un año más de complacer.

VORÒNIA se representó en el GREC-Festival de Barcelona los días 1 y 2 de julio. 

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